3 Razones Para Enamorarte De Los Bralettes
Si hay algo que tenemos las mujeres, es una enorme capacidad de transformarnos: tenemos días de máxima euforia y otros de absoluta calma; hay días en que nos sentimos sexies y otros en que no nos preocupamos por nada. Días en que queremos lucir los tacones más altos y otros en que los tenis más cómodos son la única opción… unos momentos en que queremos realce y otros de total naturalidad. Por eso, en algún momento de la vida, todas somos amantes de los bralettes.
Los bralettes están hechos en encaje, porque nuestra piel es tan suave y delicada, que no estamos dispuestas a permitir que ningún material tosco la toque, que nada la irrite; porque las transparencias de un encaje son tan sensuales como las formas de nuestro cuerpo; las cuales no están hechas para esconderse, sino para admirarse y por eso, a través del encaje, revelamos solo poco, cubrimos lo que queremos y jugamos con sus texturas de infinita sensualidad.
Los bralettes no tienen rellenos ni generan realces, porque hay días en que no necesitamos que nadie nos levante el pecho; nosotras solas somos capaces de llevarlo muy en alto. En nuestros días de mayor calma, en los momentos de máxima tranquilidad, ellos nos acompañan y le muestran al mundo nuestra belleza natural, nuestras curvas en su justa dimensión, nuestra innegable feminidad.
Los bralettes no tienen estructuras, para ti que no tienes barreras ni te gusta que te las pongan; para ti que eres libre y te gusta sentir que lo eres; para ti que eres delicada y necesitas que aquello que te rodea, también lo sea.
Por estas tres razones, los bralettes te van a enamorar: porque puedes ser tan delicada como quieras, tan libre como te sientas y tan natural como eres. Disfruta de ti, de tu belleza única, de tus curvas de verdad, del color de tu piel a través del encaje, de las formas que te hacen ser tú misma y de toda la sensualidad que se apodera de ti cuando llevas puesto el más lindo de los bralettes.