Nada Nos Hace Suspirar Como Un Amor De Verano


¿Cuántas veces hemos dicho después? Después le pido perdón, después le digo la verdad, después lo llamo, después le digo que lo quiero, después, después, después. Nos pasamos la vida posponiendo conversaciones importantes, palabras necesarias; pero hay un momento que no podemos vivir con paciencia porque de hacerlo, deja de existir: ese momento es el amor de verano.

Te vas de vacaciones con tu familia, con tus amigos, con tus compañeros de trabajo y en lo único que piensas es en el bronceado, en las palmeras, en las caminatas por la playa. Pero justo en ese momento, cuando más desprevenida estabas, ¡boom!, aparece. Es como si las vacaciones atrajeran el amor y a todos los príncipes azules que al parecer, se pasan la vida escapando de ti.

No tiene que ser alto ni de piel dorada, pero eso ya lo sabes porque lo estás viendo en tu cabeza, ¿no? A todas nos ha pasado y si eres una de las pocas a las que no, prepárate porque esto tiene pinta de que estás a punto de vivirlo. No importa su forma física, importa que parece ser perfecto para ti. Te mira como si fueras la mujer más hermosa del planeta, sonríe en el momento justo, baila increíble y cuando tu mano se choca inevitablemente con la suya, te pasa una corriente desde el pelo hasta los pies.

Alguna vez dijeron en una película que los únicos amores perfectos eran los amores imposibles y si lo piensas, tiene mucho de cierto.

En lo que dura el verano o en cuanto termina tu paseo, no alcanzas a ver las rabietas que hace al ver un gol en contra de su equipo, ni se atreve a decirte que tiene celos de tu mejor amigo del colegio. Aquí todo es ideal y mejor que sea así; todas necesitamos un amor perfecto alguna vez.

Así que ponte tu mejor bikini, súbele el volumen al hit del paseo y disfruta cada momento que vives con él, porque al igual que estas vacaciones deliciosas que estás a punto de pasar; él también tiene fecha de caducidad.

¿Cómo fue el tuyo?